No me acuerdo de dónde saqué esta receta, pero desde que la descubrí la he hecho varias veces y dura al menos 3 días tierno dentro de una bolsa. Si vemos que no lo vamos a gastar a corto plazo, lo congelo en rebanadas, sólo para sacar un ratito antes de consumir y sabe igual.
INGREDIENTES:
- 250 gr de harina integral de espelta
- 250 gr de harina de centeno
- 1 cubito de levadura fresca
- 1 cucharada de sal
- 1 cucharada de aceite
- entre 375-400 ml de agua templada
- 50 gr de pipas de calabaza, pipas de girasol, nueces, piñones...(lo que más nos apetezca o una mezcla de ellas)
- copos de avena y sésamo para decorar
Segundo paso: mezclar bien las harinas y los frutos secos y añadir la sal y el aceite.
Tercer paso: añadir muy poco a poco el agua con la levadura e ir removiendo con una pala de madera. No hace falta ni que amasemos con las manos. En unos 5 minutos, habremos integrado bien todos los ingredientes.
Dejamos reposar la masa tapada con un trapo aproximadamente 1 hora.
Este es el aspecto de la masa 1 hora después.
Precalentamos el horno a 180ª.
Como la masa que tenemos es una masa más bien pegajosa, con la misma pala de madera con la que integramos la masa, vamos trasladando la masa poco a poco al molde donde vayamos a hacer el pan, previamente cubierto de papel de hornear. Hemos de tener cuidado de cubrir todas las esquinas con masa, para eso nos ayudamos de la pala.
Decoramos con los copos de avena y semillas de sésamo.
Ahora sólo queda introducir el molde en el horno durante 45 minutos a 180º.
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